domingo, 24 de octubre de 2010

Cuarenta años en el Círculo Polar-Segundo Llorente S.J

Cuarenta años en el Círculo Polar
Antologia preparada por Amando Llorente S.J y José A. Mestre
Editorial Sígueme
ISBN 84-301-1110-7

Hoy día del DOMUND en agradecimiento a la labor misionera, modelo de entrega y amor a los hombres.

Cuarenta años en el Círculo Polar recoge una serie de cartas escritas por el padre Segundo Llorente sobre su labor en Alaska y que aparecieron en diversas publicaciones de nuestro país, a lo largo de varios años; en concreto su origen sería: "A orillas del Kusko", "De la desembocadura del Yukon", "En el país de los eternos hielos", "En las costas del mar de Bering", "Trineos y esquimales", "28 años en Alaska","Cronicas akulurakeñas".....etc.


De origen leonés, Segundo Llorente manifestó desde muy joven su deseo de ser sacerdote y posteriormente dedicarse a las misiones en Alaska. Si bien los jesuitas tenían misiones en China, él continuó fiel a su idea escribiendo año tras año al Padre general y no desanimándose por sus respuestas "¿qué pinta usted en Alaska? (...) siga estudiando latín y griego". La llamada fue más fuerte que el Padre general y a los 23 años parte para estudiar teología en Kansas City, y ordenándose sacerdote en 1935, partiendo finalmente para Alaska con 28 años.



El padre Llorente se encuentra con dos tipos de comunidades: los esquimales que se extienden a lo largo del estrecho de Bering y por el Círculo Polar llegando hasta Labrador y Groenlandia, y el indio que habita en el interior de Alaska hasta el Canadá. Su objetivo es la Alaska boreal, el área más dura tanto por sus condiciones ambientales como por el habitat disperso (yo diría más bien atomizado) de su población; como él decía, la verdadera Alaska comenzaba a las veinticuatro horas de salir de Fairbanks hacía el oeste a orillas del Yukón.



"De pronto se vio un monte de hielo macizo, o sea, el glaciar Columbia. El barco se acercó cauteloso y, por fin, se paró a corta distancia. Las sirenas rugieron tremebundas; el glaciar repetía los ecos; las paredes, batidas por las olas y por la vibración del sonido, se rajan con el retumbar de los truenos de verano y columnas gigantescas de hielo se desploman sobre el agua y alteran la marea"



Pronto se encuentra adaptándose a las nuevas condiciones físicas; previamente antes de partir ha pasado un chequeo médico, su juventud y fortaleza lo hacen apto. No obstante todo es nuevo, la manera de vestirse, el idioma. Tiene que ir acostumbrando su oído a nuevos sonidos, no sólo para entender a sus queridos esquimales sino a la misma naturaleza salvaje, a los perros, único medio de transporte en unas distancias impresionantes que tantas veces habrá de cruzar, jugándose la vida, para recoger un huérfano, o para dar el viático. Un esquimal con conocimientos de inglés le ayuda. En sus cartas todos estos detalles son expresados de una forma tan alegre que crean una especie de adicción.



"La soledad (...) gravita sobre el alma de modo abrumador. Se siente uno algo así como impotente. No hay abrigo, ni refugio, ni comodidad. Los perros se alternan trotando y galopando. Una brisa persistente de 20º bajo cero le envuelve a uno como el agua al que se ahoga. El aliento cálido se pega a las cerdas de la capucha que envuelve el rostro y cada cerda es un carámbano, formando todo el conjunto un bloque de hielo que azota el rostro e impresiona mucho la primera vez. Las cejas también son un amasijo de carámbanos diminutos. Hay que refregar continuamente con un pañuelo los pómulos y la nariz. Si se hielan, se los resucita restregándolos bien con la nieve hasta que queden en carne viva o despellejados. Las ventanas de la nariz destilan sin cesar, y el pañuelo que las seca queda tieso como un vidrio apenas se saca del bolsillo media docena de veces"



Son muchas las situaciones que el padre Llorente nos muestra, algunas de ellas peligrosas, en el ejercicio de sus funciones pastorales. Todas las épocas del año pasan a través de su pluma, si la del invierno polar es peligrosa, la del verano es peor que dos inviernos juntos, ya que no se puede transitar a través de esas carreteras heladas que son los ríos invernales y la tierra se convierte en un cenagal; por si fuera poco los mosquitos son enormes, voraces y repulsivos, el esquimal utiliza humo para ahuyentarlos. Asistimos con él a la pesca del salmón (salmón argentino y el salmón regio para exportación a Estados Unidos) en la que participa con sus feligreses ya que en muy poco tiempo tienen que hacer un auténtico acopio de provisiones para ellos mismos y para conseguir recursos económicos.



Ni que decir tiene que las economías son precarias y pobrísimas. La apertura de una escuela-residencia en Alakanuk, pequeña pero dotada de lo esencial acoge a los huérfanos; pero el padre Llorente hace más: en sus visitas revisa las condiciones de muchas de aquellas familias; y, cuando el invierno aprieta y los alimentos empiezan a escasear, previa conversación con la familia, se lleva a la residencia a una o dos bocas que aligeran la carga familiar hasta la llegada de la primavera. Muchos de esos niños al ser visitados son dejados en Alakanuk hasta completar una formación básica variada entre la que está el conocimiento del inglés además de una formación católica. El nos enumera a aquellos niños y niñas, nos cuenta sus historias y su desarrollo posterior. El lector conoce el final de muchas de esas historias.




Desde 1912 Alaska estaba organizada políticamente en forma de territorio con voz pero sin voto en el Congreso de Estados Unidos. Alaska tenía su propia legislación pero sus leyes necesitaban la aprobación de Washington. Además el gobernador de Alaska era designado por el presidente de Estados Unidos. Muchas de las ayudas que llegaban contaban con un inconveniente: la falta de un censo fiable de población y el hecho de que la mayoría fuera analfabeta y por tanto incapaz de rellenar los formularios necesarios para optar a subvenciones, ayudas, auxilios o pensión de vejez. El padre Llorente transcribe alguna de las largas conversaciones con los esquimales para tratar de deducir la edad, el lugar de nacimiento, el lugar de residencia, los hijos a cargo o bien las enfermedades que padecían:


"Hay que rellenar la friolera de doce páginas atiborradas de preguntas en cada solicitud al gobierno para la benéfica pensión. Como esta gente no sabe ni lo que es gobierno, ni solicitud, ni distingue el inglés del chino, ni han tocado jamás con los dedos una hoja impresa, tengo que hacerlo todo yo, y lo hago con una paciencia que espero me libre del purgatorio"

"Chicos y chicas de nuestras escuelas olvidan a la media hora la fecha de nacimiento. Yo tengo cuadros en la pared con los nombres, fecha y lugar de nacimiento, edad actual, peso y estatura; a ver si a fuerza de mirarlo lo absorben y retienen y se familiarizan con la idea de que hoy día conviene poseer esos conocimientos elementales si han de participar de los privilegios de la civilización"


El 3 de enero de 1959, Alaska se convirtió en el 49 estado de la Unión y su territorio se dividió en distritos electorales donde todos los nativos podían ir a votar. En otoño de 1960 Alaska se prepara para elegir candidatos al congreso estatal. El distrito 24 de Wade Hamton (de 16000 millas cuadradas y un 90% de población esquimal) se pone de acuerdo y elige candidato al padre Llorente sin consultarlo con él previamente, en principio el obispo no se opone pues está convencido de que no hay ninguna posibilidad de elección. Sin embargo el resultado dice lo contario, se trata del primer caso de sacerdote católico elegido para una legislatura norteamericana con voz y voto. La revista Time manda un corresponsal para cubir la noticia.

El libro refleja la vida en Alaska de otros muchos sacerdotes que inclusive precedieron al padre Llorente. Me ha llamado especialmente la atención el canadiense padre Lafortune que vivió durante años con los esquimales de Nome, en pleno Estrecho de Bering: "Eran estos esquimales bravos en todo extremo, criados como estaban entre peligros sin cuento, y por sus venas corría sangre de libertad e independencia, de la que gozaban a sus anchas merced a la soledad y aislamiento en que vivían". También es digno de reseñar el padre Yetté quien realizó una recopilación de su lengua en el primer diccionario indígena. Las vivencias y recuerdos del padre Llorente son una inapreciable memoria de la historia de Alaska.

Sería engañoso tomar el libro como una especie de relato de tipo epistolar con aire de novela de Jack London. En realidad a lo que asistimos a través de sus páginas es al desarrollo de una vida plena, vivida con un valor, un amor y una alegría que nos hacen reflexionar sobre la enorme capacidad de transformacion del entorno que tiene el ser humano cuando está movido por el amor y los ideales más altos. El libro entero es una contemplación de Dios, a través de los hombres y también del paisaje y su silencio.

"El misionero no sufre gran cosa si tiene vocación. Es un error imaginarse al misionero medio destrozado por las fatigas, triste, suspirando ayes continuamente y hecho una miseria"

"El predicador, el misionero, el párroco, cualquiera que esté en contacto inmediato con las almas, tiene que quemar, y no quemará si él no está en ascuas. Ese fuego le viene del trato con Dios en la oración, y mientras más íntimo sea ese trato, más fuego"

Aun le quedaría al padre Llorente un último y penoso sacrificio que realizar después de cuarenta años en la tundra polar: el tener que abandonarla. Fue en 1975 atendiendo la petición del padre provincial de Oregón ante el incremento de población de habla hispana. No morir en la tierra por la que había luchado fue el sacrificio más grande de toda su vida. Moriría en 1989, siendo enterrado en el cementerio reservado para los indios nativos y para los misioneros que hubieran vivido por lo menos veinte años entre ellos. La placa dice igual para todos los jesuitas que allí descansan: "En vida y en muerte con aquellos que amamos".

jueves, 21 de octubre de 2010

La madre de los niños del holocausto-Anna Mieszkowska



La madre de los niños del holocausto-Anna Mieszkowska
Editorial Styria
ISBN 978-84-96626-92-8



"Mientras viva, mientras tenga fuerzas, no me cansaré de repetir que lo más importante del mundo, lo más importante en la vida, es el Bien" Irena Sendler.

El 16 de febrero de 2003 el semanario Wprost informaba de la nominación de Irena Sendler para Premio Nobel de la Paz. Apoyaban su candidatura Czeslaw Milosz y Lech Walesa. Pero ¿quien era Irena Sendler?. A esta pregunta responde el libro de Anna Mieszkowska, sus páginas van más allá de la biografía pues incluye testimonios de compañeros de trabajo, de niños supervivientes y de la propia protagonista.

Irena nace en Varsovia el 15 de febrero de 1910, su padre médico de profesión, estuvo comprometido con la causa social. Junto con la ayuda de gran parte de la familia abre un sanatorio para enfermos del pulmón donde sus nuevos métodos pronto le dieron éxitos profesionales. No por ello abandonó las visitas gratuitas a las familias pobres. El contacto con estos grupos en su infancia, la mayoría judíos, hizo que de niña aprendiera yiddisch. Sin embargo esta infancia feliz pronto se rompe con la muerte del padre tras una epidemia de tifus con tan solo cuarenta años, la propiedad acaba vendiéndose siendo el hospital reconvertido en hospicio.



Cuando Irena llega a la universidad se inician disturbios antisemitas con la introducción de los "guetos en los bancos" consistente en separar el alumnado ario y polaco de los judíos. Irena se sienta siempre en el lado judío. Su ardiente defensa la lleva a ser expulsada de la Universidad, a la que durante tres años se le negaría el regreso. Finalmente con el cambio de Rector en 1938 logra examinarse de sus últimas asignaturas. Sus estudios de pedagogía la llevan a trabajar en el Comité Ciudadano de Bienestar Social, sección de madres y niños que tenía varias delegaciones en Varsovia. Este ambiente la cautiva y se le acaba confiando la dirección del departamento de niños ilegítimos.



El 1 de septiembre de 1939 la oficina de Bienestar Social, bajo las disposiciones del alcalde de Varsovia organizaría los puestos de ayuda en toda la ciudad para los desplazados por los atroces bombardeos alemanes. El 27 de septiembre se firmaría la rendicion. En esta época comenzó a trabajar en el Partido Socialista de Polonia (PPS) en la clandestinidad, uno de los pocos grupos que apoyaban a los judíos. La situación de los habitantes de Varsovia empeoraba, se organiza la ayuda vecinal. El 1 de diciembre se divide la ciudad en barrios: alemán, polaco y judío. Se bloquean las cuantas bancarias de estos últimos, se les expulsa de la administración y se cierran sus comercios. El 16 de noviembre de 1940 el Gueto de Varsovia es declarado zona prohibida, ni ellos podían abandonarlo ni los polacos ayudarlos bajo pena de muerte. Se les separaba así de la vida de la ciudad. Sin embargo Irena logra entrar ya que una de las situaciones que más alarmaba a los alemanes era una explosión de cólera pues las condiciones de vida se deterioraban rápidamente. Comienza entonces una carrera frenética para la falsificación de documentos cambiando apellidos judíos por polacos. Dentro del Gueto se empieza a organizar grupos de ayuda, los médicos judíos proporcionaban a los jóvenes formación sanitaria. Las condiciones se recrudecen duarnte el invierno de 1942 con un mayor control sobre las actuaciones de la oficina de Bienestar Social. Es en noviembre de este año cuando nace ZEGOTA, el consejo judío en la clandestinidad, por iniciativa de la escritora Zofia Kossak-Szcuzucka. Irena es nombrada directora de la sección infantil, su nombre en clave es JOLANTA.


Pasa a compaginar dos empleos: el oficial y el clandestino. Su objetivo salvar del exterminio, dar refugio, facilitar la huida y construir una vida en el lado ario. Para sacarlos del gueto (había un gran número de huérfanos) primero había que cuidarles y darles de comer. No había garantías de que saliera bien. A veces a las familias les costaba entregar al niño, resultaba durísimo a las madres que tenían previamente que prepararlos para su nueva identidad. Los bebés se sedaban, se encondían en cajas, se trasladaban en furgones de productos desinfectantes. Otros eran transportados en sacos, cartones, cestas. Los niños más mayores utilizaban las alcantarillas, las casas pegadas a la zona aria. A los salvados había que conseguirles un acta de nacimiento, o un documento de identidad en el caso de los adultos. Cambiar a menudo de domicilio era muy importante para no despertar sospechas entre los vecinos. El primer domicilio era el más importante, allí se adaptaban a un nuevo entorno. De allí pasaban a familias polacas de todo el país, hospicios o conventos religiosos: " no hubo sacerdote o monja que me negara a salvar niños judíos: al contrario, me ayudaron hasta el final de la guerra arriesgando su vida y la de los que les rodeaban". Los más pequeños eran los que mejor se adaptaban.


En enero de 1943 comienza la insurrección del gueto, Jolanta y los seguidores comprometidos con Zegota montan guardia cerca de sus muros, organizando puestos de ayuda y nuevas vías de fuga a través de sótanos de casas vecinas para ayudar a los que escapaban del infierno, pues ya fue imposible poder entrar. El 16 de mayo de 1943 el barrio judío había dejado de existir.



Mientras todo esto tenía lugar, Irena también trabajaba pensando en el futuro de los niños. Si un día la devastación acababa, tenían que reencontrar su identidad, a sus seres queridos supervivientes. Conforme se desarrollaba su labor salvadora, elaboraba una guía con nombre, apellidos y direcciones. Se componía de un montón de trocitos de papel de seda enrollados como un carrete. Irena lo tenía siempre en casa, a mano por si el peligro llamaba a la puerta. Este momento llegó estando reunida con Janina Grabowska quien se haría cargo del valioso documento, mientras Irena era detenida y conducida a la prisión de Pawiak .


En ningún momento de su interrogatorio y su tortura se tuvo conocimiento de la importancia de su captura, sólo interesaban sus conexiones. La sentencia fue de fusilamiento. En el exterior Zegota intentaba por todos los medios su rescate, ya que era la única que podía descifrar el paradero de los niños. El 20 de enero de 1944 mientras era conducida a otro edificio fue puesta súbitamente en libertad. Zegota había logrado mediante soborno que fuera fusilada tan solo sobre el papel. Se le proporciona nueva identidad y pasa a la clandestinidad. Ahora ella y sus protegidos tenían que esconderse. Tras su fuga el rollo de tiras de papel se guardó en un tarro de cristal y se enterró en el jardín de una de las mediadoras.



Irena Sendler vivió el levantamiento de Varsovia en la zona Mokotow. La ciudad fue liberada el 17 de enero de 1945. La lista descifrada fue entregada al director del Comité Central de Polonia, Adolf Berman y empezó la tarea de buscar a los niños salvados y a las familias que los cuidaban para en caso de ser posible devolverlos a sus padres o familiares aunque fueran lejanos. Si habían quedado huérfanos se les alojaba de forma temporal en hospicios. Un número considerable fue trasladado a Palestina. Sin embargo los problemas psicológicos eran inevitables, los padres adoptivos también sufrían pues les resultaba muy duro separarse de ellos, a muchos se les había ocultado su origen, era difícil contar toda la verdad. Otros viven con la pesadilla de sus recuerdos y un sentimiento de culpabilidad por haber sobrevivido. Se calcula en 2500 niños y gran cantidad de jovenes los que pudieron ser salvados por Irena y sus colaboradoras, mujeres valientes y sacrificadas si bien las dotes de organización y de cohesión la hicieron imprescindible para el éxito de una misión para la que no solo bastaba con buena voluntad. Muchos de los eslabones de la cadena no se conocían entre sí.

En 1965 recibó la medalla "Justa entre los gentiles", pero tristemente solo en el año 1983 las autoridades polacas accedieron a que viajase a plantar su árbol en la Avenida de los Justos. El 26 de julio de 2003 se le concede el premio Ian Karski.

A pesar de este extenso resumen el libro de Anna Mieszkowska nos habla de aspectos de Irena Sendler que no he mencionado. Su vida privada, sus matrimonios, sus hijos (propios y adoptados), como influyó la vida clandestina en su propia vida. Como fue su vida tras la liberación hasta su muerte el 12 de mayo de 2008. Invito por tanto a su lectura para comprender su enorme valía.



"Irena Sendler recuerda como Janusz Korczak se entregó a la muerte con los niños de su hospicio. Aunque estaba ya muy enfermo, mantenía la cabeza alta, sin dar muestras de temor, aparentemente tranquilo: "Subió al tren por la parte de delante. Llevaba al más pequeño en brazos y a otro de la mano. Los habrá que cuenten otra versión de la historia, pero nadie se equivoca. Tenga en cuenta que el camino del hospicio a la plaza de trasbordos era largo, se tardaban cuatro horas en recorrerlo (...) Los niños iban vestidos de domingo. Llevaban un uniforme de dril azul. Iban de cuatro en cuatro, a paso ligero, sin detenerse, con dignidad, hacia la plaza de trasbordos, la plaza de la muerte (...) Nada de lo que viví en la guerra me dejó tan impresionada como aquello. Ni las torturas de Pawiak, ni la Gestapo en Aleja Schucha, ni los jóvenes moribundos del hospital en el que era enfermera tras el levantamiento del gueto"



jueves, 14 de octubre de 2010

Lectura y locura-Gilbert K. Chesterton


Lectura y locura- Gilbert K. Chesterton
Ediciones Espuela de Plata
ISBN 978-84-96956-24-7

Se trata de un conjunto de 37 artículos periodísticos publicados entre 1901 y 1911 en el Daily News.
Me gusta Chesterton, no he leído ni mucho menos toda su producción pero estoy en ello. Acantilado ha publicado muchos de sus títulos y espero que nos depare nuevas traducciones.
Maestro de la paradoja, de pluma afilada y chispeante es uno de los más famosos conversos al catolicismo, posición que defendió en muchas ocasiones.
Artículos que me han gustado especialmente:

Lectura y locura
"Los riesgos de enajenación mental que conlleva la literatura se deben no tanto al amor por los libros como a la indiferencia hacia la vida (...) En un estado ideal todo caballero absorto en abstrusos cálculos y descubrimientos debería estar obligado por decreto a conversar durante cuarenta y cinco minutos al día con un mozo de cuadra (...) aprenderían a convertirse en hombres de mundo, primer paso para llegar a convertirse en hombres del universo".


La paradoja de la humildad
"Cuando en un futuro cercano se produzca el verdadero choque entre el cristianismo y las fuerzas genuinas que se oponen a él, el símbolo y el estandarte entorno a los que se librará toda la lucha será sin duda la cuestión de eso que llamamos Humildad. Los modernos estarán dispuestos a admitir todas las demás virtudes aún cuando las aligeren y distorsionen. Aceptarán la misericordia, aunque sea degradada bajo la forma del humanitarismo. Aceptarán la justicia aunque puedan privarla de vida hasta el punto de dejarla reducida al simple orden. Incluso se verán obligados a aceptar la fe debido a la mucha fe que es necesaria para aceptar sus propias filosofías. Sin embargo, muy plausible y comprensiblemente, rechazarán con gesto de moderna inteligencia que la humildad sea una virtud"

El castigo eterno
"lo que es especialmente vergonzoso y despiadado en el moderno sistema penal no es la severidad de los castigos, sino la perpetuidad de los mismos. A los filósofos modernos no les agrada en absoluto la idea de un castigo eterno en la otra vida. Sin embargo, pueden estar satisfechos, pues han logrado el castigo eterno en esta vida (...) El horror de esa racionalidad que jamás olvida y que trata al hombre que ha traicionado una confianza como alguien eternamente indigno de que pueda volverse a confiar en él"

Una acusación de irreverencia
"Muchos modernos tratan el gusto como si fuera una cuestión moral. Sólo nos queda esperar que no acaben tratando la moral como si fuera una cuestión de gusto."

La adivinanza de la restauración
La historia frente a los historiadores
Buenas historias estropeadas por grandes autores
Defensa de los pesados
Inglaterra y la caricatura.

Espero que estos brevísimos párrafos hayan despertado vuestro interés.

jueves, 7 de octubre de 2010

La mordaza-Loretta Napoleoni


La mordaza-Loretta Napoleoni
Editorial Paidos
ISBN 978-84-493-2387-4

Son numerosos los libros que al calor de la crisis económica han salido al mercado. El libro de Loretta Napoleoni tiene un lenguaje asequible, no es necesario ser economista o especialista en política internacional, aunque los que no lo somos tengamos en ocasiones que detenernos en su lectura y releer el párrafo para asimilar la cantidad de información que se nos brinda.

Independientemente de que la crisis tenga múltiples caras y desde cualquiera de ellas podamos dar razón de su nacimiento, esta autora ofrece puntos de vista originales que creo se deben sopesar. El análisis sobre la mala gestion del 11 S y sobretodo la explicación que da del naciente capitalismo islámico, la acumulación de capitales en estos países tras la caída del Muro de Berlín y sus productos financieros fieles ideológicamente a la sharia que se ofertan ya por todo el mundo, creo que cuanto menos son curiosos de conocer, independientemente de que compartamos su análisis a la hora de establecer analogías con otras épocas históricas.

El conocimiento que despliega sobre la financiación de grupos terroristas y del blanqueo de dinero nacidos del tráfico de drogas, armas y sexo es bastante completo y nos da motivos de seria recapacitación.
En ningún momento reniega Loretta Napoleoni de un sistema basado en el libre comercio, base de la economía capitalista, lo que denuncia es la prestidigitación financiera y la aviesa interpretación de las normas del mercado que ha dado impulso a una deriva consumista sin tener en cuenta que la riqueza se asienta en la producción

En resumen, un libro ágil que pone sobre aviso de los peligros que nos acechan y recoge información que no sale en los grandes titulares de prensa pero que está íntimamente conectada con las consecuencias que estamos padeciendo.