jueves, 27 de septiembre de 2012

Pequeñas crónicas-Carlo M. Cipolla



Pequeñas crónicas
Carlo M. Cipolla
Ed.Crítica
ISBN 978-84-9892-218-9

 Carlo M. Cipolla (catedrático de Historia económica en las universidades de Pavía y Berkeley 1922-2000) nos presenta en su libro Pequeñas crónicas una selección de artículos aparecidos en Corriere Della Sera y Sole-24 Ore. Los artículos están a caballo entre el breve ensayo histórico y el económico, sazonado con la ironía de este extraordinario divulgador que siempre encuentra en la noticia de más rabiosa actualidad, la forma de recordarnos que en historia y en economía todo está ya inventado.

Entre el conjunto de los dieciocho artículos con títulos tan expresivos y sugerentes como: La patata de Colón o Aquel valle alemán donde nació el dólar, he elegido dos para ilustrar el caracter de esta curiosa recopilación.

A tenor del debate sobre la economía alemana y los distintos sistemas educativos europeos el artículo Por la ciencia y por el Kaiser, nos ilustra sobre como a mediados del s.XIX Francia y Gran Bretaña asistieron al nacimiento de Alemania como superpotencia y como desde un principio se intentó identificar las causas que lo habían propiciado. Hacia 1870 Boccardo escribe que en el mundo civil no existe el ejemplo de un pueblo como el alemán en el que todas las instituciones relacionadas con la educación nacional y sobre todo con la enseñanza técnica, "presenten una conexión tan estrecha, una armonía tan sabiamente establecida, una coordinación tan profunda".

El profesor Cipolla nos recuerda que ya Guillermo II (subió al trono 1888) estaba claramente a favor de las enseñanzas técnicas, "yo no quiero escuelas que produzcan ciudadanos griegos o ciudadanos romanos, quiero escuelas que produzcan eficientes ciudadanos alemanes"
En 1902 el sistema de escuelas técnicas alemanas se componía de: Technischen Hochschulen que impartían los estudios elevados (fundadas entre 1820 y 1830); las Trade Schools para la industria textil; las Escuelas de formación manual; las escuelas de comercio (innovación germánica) donde los estudiantes aprendían lenguas extranjeras, contabilidad y derecho mercantil. Es a este sistema al que el comisario estadounidense para la instrucción atribuía los espectaculares progresos de la economía alemana.

En otro de sus artículos se hace eco de dos palabras últimamente en boca de todos "deuda pública", en Quien inventó la deuda pública, nos recuerda que en la antigüedad no existía este concepto,  fue una invención de las comunas medievales italianas. La primera noticia se remonta a 1167 y fue un préstamo forzoso de la República de Venecia a sus ciudadanos adinerados. Esta práctica se extendió a otras repúblicas vecinas como Florencia.
"El Estado dispone de tres medios para hacer frente a sus necesidades, gravar los ciudadanos con impuestos, devaluar la moneda y recurrir al crédito", en el caso de Florencia se recurrió mucho al crédito, lo que empujó al alza la tasa de interés, de modo que muchos hombres de negocios dejaron de invertir su dinero en el comercio para adquirir deuda pública: "Los particulares que disponían de capital se enriquecían, mientras el Estado se empobrecía".
Sólo los milaneses no tuvieron deuda pública debido a la arbitrariedad de sus dirigentes que no inspiraban confianza en quienes tenían dinero. Por eso los milaneses invertían sus capitales en deuda pública de Génova o Venecia. Ni siquiera el Estado Pontificio estuvo al margen de la nueva modalidad, asesorado por los florentinos.
En España fueron los genoveses quienes se convirtieron en asesores y gestores de la deuda pública española en la segunda mitad del siglo XVI.

Como podéis ver los artículos hacen referencia a temas actuales a la vez que eternos, con pinceladas breves y al mismo tiempo intensas por los datos que maneja. Otra ventaja es que podemos dosificar su lectura, reflexionando sobre los vínculos entre la historia, la economía y el devenir de los siglos que siempre hace nuevo lo antiguo.