
Ayma S.A. Editorial
Colección Sumer.
Este libro llegó a mí a través de la lectura de un libro estupendo titulado Obras imprescindibles de la espiritualidad que algun día releeré y reseñaré aquí pues contiene un índice de bibliografía de gran calidad fruto de años de dedicación de este buscador perenne de la espiritualidad que es Ramiro Calle. Me acuerdo que se citaba como bibliografía complementaria de un capítulo titulado La Filocalia: los padres del desierto. Es un libro descatalogado pero cuyo tema a mi me parece muy interesante. Ésta es una pequeña reseña, apenas una idea del amplio estudio que nos ofrece Lacarriére.
Los hombres ebrios de Dios nos cuenta la aparición en los desiertos de Egipto, Siria y Palestina durante el s.IV de las primeras comunidades de ascetas y monjes. Basilio de Cesarea que tuvo una larga estancia en estas tierras redactaría hacia el 358 con Gregorio Nacianceno las reglas monásticas que inspirarían a Benito de Nursia y que por lo tanto configurarían el monacato occidental.
El siglo IV deparará el reconocimiento oficial del cristianismo por el emperador Constantino. El imperio se convierte y la Iglesia se hace imperial. Poco a poco se toma conciencia del fin de las persecuciones y así como muchos de los antiguos resistentes lo aceptan, otros configurarán el nacimiento de un movimiento que lleva hacia el desierto y la vida ascética, el fin del Santo-Martir da paso a un nuevo modelo: el Santo-Anacoreta.
"-¿A qué te dedicabas antes de ser ermitaño?
-Era campesino.
-¿Y de qué vivías?
-Como en la actualidad:dormía en el suelo, comía cada día un poco de lentejas, pan y aceite. Pero mi alma no conocía el reposo.
-Pues bien- dijo el discípulo- Arsenio, el que tú ves aquí era en otros tiempos preceptor de los hijos del Emperador, tenía mil domésticos a su servicio y dormía en un lecho suntuoso. ¡Qué diferencia entre su condición de entonces y la tuya, tú que vivías peor que ahora!. Al abandonar el siglo, tú has abandonado una vida penosa por una vida mejor, mientras que Arsenio ha dejado la opulencia por la pobreza"
Ente los anacoretas de la época señalemos al fundador del monaquismo copto Pacomio (286-348). Su vida nos ha llegado a través de fuentes coptas, en su juventud ingresó en el ejército romano, tras licenciarse se traslada a Sheneset donde se hace discípulo de Palamón con el que permanecerá siete años. Más tarde se instalará junto al pueblo abandonado de Tabennesi en donde fundará su primer monasterio. Instituirá en el desierto comunidades que se basarían en reglas sociales y en principios de convivencia totalmente nuevos, como bien dice Lacarriére fundará una sociedad "partiendo de cero".
Al lado de esta vida organizada y en las extensiones del Medio y Alto Egipto, numerosos anacoretas vivían en celdas excavadas en la roca, grutas y cavernas (monte Qolzum). El anacoretismo se extendió hacia el norte hasta Menfis y por el sur hasta Tebas. También es famoso el desierto de Wadi Natrún o desierto de Nitrea, famoso por sus lagos de nitro y cuyas condiciones de habitabilidad eran extremadamente penosas.
Los ascetas y monjes que encontramos en Palestina y Siria, difieren de los modelos egipcios posiblemente porque no tenían el poderosos pasado religioso ni la misma unidad étnica, por ello las vías del anacoretismo fueron distintas: los recluídos (que viven en las oquedades de los árboles o en las tumbras), los ramoneadores (ascetas que se alimentaban de hierbas y raíces), los estacionarios (siempre expuestos a la intemperie, inmóviles horas y días), los estilitas (ascetas instalados en altas columnas como San Simeón).
Como podemos ver, el período que asiste a la expansión del cristianismo y a la agonía del paganismo (durante mucho tiempo convivirían desigualmente) está llenos de extremos, de la búsqueda tanto interior como exterior de nuevas formas de expresión y caminos espirituales.
De todo ello quedan hoy pocos restos por lo efímero de las construcciones y la devastación de la historia. En Waqdi Natrum nos queda el monasterio de Deir el Surianoi, cuyas partes más antiguas son posteriores a esta época y posee una de las bibliotecas más antiguas de Oriente.

3 comentarios:
¿Dices que lo escribe un maestro de yoga? ...
Quizá no lo haya expresado bien. Los hombres ebrios de Dios lo encontré entre la bibliografía complementaria que Ramiro Calle incluye en su libro Obras Imprescindibles de la Espiritualidad.
Ramiro Calle es el maestro de yoga y tiene publicados muchos libros sobre religiones orientales y meditación.
Gracias por la visita.
gracias a ti por molestarte en contestar.
El último psicólogo que me vio -la cara- para renovar el carnet de conducir, me estuvo hablando del yoga, con un sentido trascendente que creo no tiene por propia "definición", aunque no se de yoga, por eso preguntaba.
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