domingo, 22 de agosto de 2010

La vida lograda-Alejandro LLano

La vida lograda
Alejandro Llano
Editorial Ariel
ISBN 84-344-1232-2

Como bien dice Alejandro Llano en este libro: nos han dado la vida, pero no nos la han dado hecha. Nuestro objetivo debería ser alcanzar una vida lograda y no malograrla, pero....¿cómo hacerlo?. Hay un gran número de libros que nos hablan de este tema desde muchos puntos de vista: los de autoayuda, los de filosofía, los de pensamiento, los de psicología. Sin embargo nos sentimos perplejos ya que si queremos una receta infalible ésta no llegará jamás y la sucesión de consejos que podemos anotar no siempre se acomodan a nuestro caso o son afines a la naturaleza del ser humano. Sin embargo dentro de nuestra vida son muchas las ocasiones en que debemos decidir, comprender una situación concreta, resolver un problema, tomar una dirección....es en el hacer diario como nos vamos creando a nosotros mismos.....nos vamos logrando.......o malogrando.

Alejandro Llano aboga por la "ética de las virtudes", a la que añade los bienes y las normas. Aquí la virtud se entiende como excelencia de la conducta humana, no como algo ñoño y pacato. La virtud no es innata y congénita sino que la debemos desarrollar bajo nuestra propia acción, es un acto de libertad. La propia vida se realiza en primera persona y requiere reflexión, esfuerzo y....creatividad.
El comportamiento ético no busca producir nada externo sino lograr el bien humano y es una operación que afecta a mi modo de ser ya que no solo actúa hacia el exterior sino que me configura por dentro.

El temperamento es congénito, pero el carácter es adquirido, no está dado de antemano y se refuerza a través de nuestras acciones. Es el resultado de mi trabajo sobre mi mismo. Para ello es necesaria una cierta capacidad de renuncia, renuncia a lo incompatible con mi crecimiento personal....de lo que deriva la necesidad de compromiso. Nos ayuda indudablemente un ambiente fértil en el que el vicio no se exalte y la virtud no se ridiculice, el trato con modelos de vidas logradas por su verdad, belleza y bondad, ayuda a crear patrones.

Debemos llevar a su verdadera dimensión conceptos hoy magnificados como el dinero, sin tratar de obviar que es necesario, hay que tener en cuenta que su valor depende de aquello por lo se cambie, no tiene valor en si mismo. Hay que tener también muy clara la distinción entre el fin y los medios. La bondad no se transmite automáticamente a los medios, no podemos pensar que una mirada fría sobre la suma de bienes que obtenemos, da bondad a los medios con los cuales lo vamos a conseguir.
El conocimiento en ningún momento sustituye a la ética ya que no nos puede decir cuando su aplicación es recta.

Se confunde a menudo la necesidad con el mero deseo,con el capricho. Los bienes son convenientes si dilatan mi horizonte como persona, pero la abundancia de objetos a la larga es un lastre que resulta nocivo, el consumismo viene a ser una nueva forma de avaricia. La valoración desproporcionada de lo material corre pareja al empobrecimiento de la cultura y a la superficialidad en la valoración de las ideas de fondo que deben regir una sociedad.

El libro nos habla también del placer, del poder y su capacidad de corrupción, de la tentación de separar la ética pública de la privada, como si el hombre pudiera ser escindido entre persona y ciudadano, del logro de la excelencia, la verdad, y el arte de amar. Capítulos interesantes que nos aportan nuevas ideas para alcanzar esa vida lograda.

La idea final es que la ética se puede aprender y que la vida lograda se realiza en primera persona, con la aplicación de las virtudes en conexión con las normas que rigen la sociedad y nos ayudan para crear patrones de conducta...pero esto no es suficiente, la creación del hábito depende de mí.

Para los interesados en la educación de los jóvenes vease la siguiente entrevista a Alejandro Llano

sábado, 7 de agosto de 2010

Los hombres ebrios de Dios- J.Lacarrière



Los hombres ebrios de Dios-J.Lacarriére
Ayma S.A. Editorial
Colección Sumer.

Este libro llegó a mí a través de la lectura de un libro estupendo titulado Obras imprescindibles de la espiritualidad que algun día releeré y reseñaré aquí pues contiene un índice de bibliografía de gran calidad fruto de años de dedicación de este buscador perenne de la espiritualidad que es Ramiro Calle. Me acuerdo que se citaba como bibliografía complementaria de un capítulo titulado La Filocalia: los padres del desierto. Es un libro descatalogado pero cuyo tema a mi me parece muy interesante. Ésta es una pequeña reseña, apenas una idea del amplio estudio que nos ofrece Lacarriére.

Los hombres ebrios de Dios nos cuenta la aparición en los desiertos de Egipto, Siria y Palestina durante el s.IV de las primeras comunidades de ascetas y monjes. Basilio de Cesarea que tuvo una larga estancia en estas tierras redactaría hacia el 358 con Gregorio Nacianceno las reglas monásticas que inspirarían a Benito de Nursia y que por lo tanto configurarían el monacato occidental.

Egipto formaba parte del imperio romano pero esta pertenencia territorial no afectó al dominio religioso; visto desde Roma, Egipto continuaba siendo el reino de las tradiciones ocultas y la magia. La romanizacion y helenización se circunscribían a la case rica y culta, el Egipto de los campesinos, artesanos y sacerdotes continuaba sus viejas costumbres y era fiel a su lengua copta. La llegada del cristianismo (hay noticias a finales del s.II) también fue a través de la clase culta de Alejandría entre otras razones por ser predicado en griego y porque se vió favorecido por el sincretismo religioso. La situación cambió a mitad del siglo III con la traducción de los Evangelios al copto, lo que provocó un enorme impacto sobre los campesinos (fellahs).


Los primeros siglos de la extensión del cristianismo se caracterizaron por una dura lucha contra la herejía, pues cada pueblo al escoger "su cristianismo" introducía variaciones que obedecían no a querellas teológicas sino a intereses nacionales, confundiéndose muchas veces el sentimiento nacional y el religioso. Las conversiones en masa de los campesinos al cristianismo coincide con la gran revuelta egipcia contra las exacciones fiscales de Diocleciano. De alguna manera la nueva religión permitó al pueblo egipcio sojuzgado, recobrar el Egipto ancestral y oponerlo al helénico y romano.

El siglo IV deparará el reconocimiento oficial del cristianismo por el emperador Constantino. El imperio se convierte y la Iglesia se hace imperial. Poco a poco se toma conciencia del fin de las persecuciones y así como muchos de los antiguos resistentes lo aceptan, otros configurarán el nacimiento de un movimiento que lleva hacia el desierto y la vida ascética, el fin del Santo-Martir da paso a un nuevo modelo: el Santo-Anacoreta.


El atractivo de la vida en el desierto prendió pronto entre los fellahs cuya vida campesina era durísima y llena de privaciones, a la que el anacoretismo va a prestar dignidad.
Esta huida al desierto llegó a provocar transtornos sociales. Egipto sería en el siglo IV la nueva "Tierra Santa" cuya noticia se extendió por toda la cuenca medidterránea. Se cuenta en la vida de San Arsenio como éste abandonó sus riquezas y se trasladó a Egipto en donde cayó enfermo. Su discípulo le puso una almohada bajo la cabeza. Un anacoreta de la zona que fue a visitarle se escandalizó:


"-¿A qué te dedicabas antes de ser ermitaño?
-Era campesino.
-¿Y de qué vivías?
-Como en la actualidad:dormía en el suelo, comía cada día un poco de lentejas, pan y aceite. Pero mi alma no conocía el reposo.
-Pues bien- dijo el discípulo- Arsenio, el que tú ves aquí era en otros tiempos preceptor de los hijos del Emperador, tenía mil domésticos a su servicio y dormía en un lecho suntuoso. ¡Qué diferencia entre su condición de entonces y la tuya, tú que vivías peor que ahora!. Al abandonar el siglo, tú has abandonado una vida penosa por una vida mejor, mientras que Arsenio ha dejado la opulencia por la pobreza"




Ente los anacoretas de la época señalemos al fundador del monaquismo copto Pacomio (286-348). Su vida nos ha llegado a través de fuentes coptas, en su juventud ingresó en el ejército romano, tras licenciarse se traslada a Sheneset donde se hace discípulo de Palamón con el que permanecerá siete años. Más tarde se instalará junto al pueblo abandonado de Tabennesi en donde fundará su primer monasterio. Instituirá en el desierto comunidades que se basarían en reglas sociales y en principios de convivencia totalmente nuevos, como bien dice Lacarriére fundará una sociedad "partiendo de cero".



Hasta ese momento el ascetismo era solitario, de manera que estar con un semejante se veía como obstáculo para la salvación. El éxito de Pacomio consistirá en fundar monasterios y convertirlos en "Ciudad de Dios" canalizando por una parte la pasión por el desierto, presente en el alma egipcia y la renuncia al mundo. En la base de la organización estaba la célula compuesta por tres monjes; doce células formaban una casa, cuatro casas una tribu y diez tribus un monasterio. Cada monasterio tenía a su cabeza un superior o higúmeno y cada casa un prior o dueño de la casa. Esta organización hasta cierto punto "física", estaba ligada a otro tipo de organización que fue la aportación más original de Pacomio:dividir a los monjes en veinticuatro grupos según las veinticuatro letras del alfabeto griego, por sus aptitudes intelectuales o espirituales.

Se daban reglas destinadas a poner límites a las largas penitencias, tomando siempre un mínimo de alimento para evitar que las diferentes formas de ascesis, y sobre todo los ayunos, se conviertiesen en ostentación de unos contra otros. Al parecer el uso de capuchones amplios favorecía la intimidad impidiendo la emulación y por lo tanto el pecado del orgullo. No se convertía en monje aquel que quería, se ponía a prueba su sinceridad, voluntad y grado de desapego del mundo.


En el momento de su muerte se calcula entre 6000 y 8000 monjes. El cenobitismo (coenobium=comunidad) había nacido y progresaría rápidamente por Egipto y bajo formas diferents por Siria, Palestina, Capadocia, Grecia y Occidente. El desierto de Tabennesi se había convertido en una "pradera de santos".





Al lado de esta vida organizada y en las extensiones del Medio y Alto Egipto, numerosos anacoretas vivían en celdas excavadas en la roca, grutas y cavernas (monte Qolzum). El anacoretismo se extendió hacia el norte hasta Menfis y por el sur hasta Tebas. También es famoso el desierto de Wadi Natrún o desierto de Nitrea, famoso por sus lagos de nitro y cuyas condiciones de habitabilidad eran extremadamente penosas.

Los ascetas y monjes que encontramos en Palestina y Siria, difieren de los modelos egipcios posiblemente porque no tenían el poderosos pasado religioso ni la misma unidad étnica, por ello las vías del anacoretismo fueron distintas: los recluídos (que viven en las oquedades de los árboles o en las tumbras), los ramoneadores (ascetas que se alimentaban de hierbas y raíces), los estacionarios (siempre expuestos a la intemperie, inmóviles horas y días), los estilitas (ascetas instalados en altas columnas como San Simeón).


Como podemos ver, el período que asiste a la expansión del cristianismo y a la agonía del paganismo (durante mucho tiempo convivirían desigualmente) está llenos de extremos, de la búsqueda tanto interior como exterior de nuevas formas de expresión y caminos espirituales.


De todo ello quedan hoy pocos restos por lo efímero de las construcciones y la devastación de la historia. En Waqdi Natrum nos queda el monasterio de Deir el Surianoi, cuyas partes más antiguas son posteriores a esta época y posee una de las bibliotecas más antiguas de Oriente.